En Uruguay, la expresión Declaratoria de la independencia refiere al
acto realizado el 25 de agosto de 1825 por el Congreso de la Florida,
integrado por representantes de los cabildos de los pueblos de la
Provincia Oriental. Por la misma, la Provincia Oriental declaraba su
independencia del Imperio del Brasil y se declaraba parte de las
Provincias Unidas del Río de la Plata; por lo mismo, no se trató de una
declaración de independencia de una nación soberana.
Las deliberaciones tuvieron lugar en el paraje conocido como Piedra Alta, próximo a la ciudad de Florida, a 98 km de Montevideo.
Esta
declaración también es conocida por otros nombres como Declaratoria (o
Declaración) «de la Florida» o «de la Piedra Alta». Sus tres leyes
también reciben el nombre de «Leyes de la Florida» o «Leyes
fundamentales del 25 de agosto de 1825».
Fue la continuación del
proceso histórico iniciado con el desembarco de la cruzada libertadora
el 19 de abril de 1825, conocido como desembarco de los Treinta y Tres
Orientales, comandados por Juan Antonio Lavalleja.
El 25 de agosto de 1825 se declararon tres leyes:
Ley de Independencia: con respecto al Imperio del Brasil;
Ley de Unión: de la Provincia Oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Ley de Pabellón: que estableció como pabellón de la Provincia Oriental la tricolor: «celeste, blanca y punzó».
La asamblea del 25 de agosto de 1825 estuvo presidida por el presbítero Juan Francisco Larrobla.
Provincias
Unidas del Río de la Plata o Provincias Unidas en Sud América es el
nombre utilizado por el estado que suplantó al Virreinato del Río de la
Plata tras el triunfo de la Revolución de Mayo ocurrida el 25 de mayo de
1810 en Buenos Aires, la capital virreinal.
Nunca llegó a controlar la totalidad del antiguo virreinato, el cual acabó por subdividirse en diversos países.
Las
Provincias Unidas cambiaron oficialmente su nombre a Argentina con la
constitución de 1826 y con Tarija aún dentro de la unión. El término
quedó en desuso con la independencia de la Banda Oriental en 1828 y la
conformación de la Confederación Argentina en 1831.
El estado
surgió el 25 de mayo de 1810, en el marco de la Invasion Napoleonica a
España, cuando una asamblea del Cabildo de Buenos Aires destituyó
definitivamente al virrey Hidalgo de Cisneros y lo remplazó por una
Junta de Gobierno.
Los revolucionarios sostenían que estando
Fernando VII despojado de su trono, la cadena burocrática del Imperio
Español había dejado ser legítima, al no responder a nadie, volviendo al
pueblo la soberanía popular. Las nuevas autoridades afirmaban gobernar
legítimamente en nombre de Fernando VII. Esto se conoció como la Máscara
de Fernando VII, ya que en 1816 este estado se declaró independiente
"del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli".
Aunque ese
gobierno reclamaba jurisdicción sobre todo el territorio del virreinato,
no pudo controlar la intendencia del Paraguay, que derivó en la
creación de la República del Paraguay, y perdió el control del Alto Perú
luego de la batalla de Huaqui en 1811, tras la cual la recuperación
parcial de él varió según los vaivenes de las incursiones de sus
ejércitos durante la guerra de la independencia hasta que finalizaron en
1817 y el Alto Perú se trasformó en Bolivia en 1825.
La guerra
contra los luso-brasileños y los conflictos con José Artigas dieron
lugar a la pérdida del control sobre la Banda Oriental, que finalizó con
la creación del estado independiente de Uruguay en 1828. Tras superar
períodos de anarquía y guerras civiles las 13 provincias que todavía
integraban esta unión entre 1831 y 1832 se agruparon en lo que se
denomina Confederación Argentina, cayendo en desuso la denominación
Provincias Unidas del Río de la Plata.
A todos los compatriotas, en donde se encuentren, reciban nuestro
abrazo fraterno y feliz día de la Independencia!, Viva la Patria"
La meseta de Artigas esta ubicada sobre el río Uruguay, en el departamento de Paysandú.
Sobre ella se edificó el segundo monumento a José Gervasio Artigas erigido en Uruguay.
Se inauguró el 25 de agosto de 1899 y el 7 de mayo de 2003 fue declarado monumento histórico nacional (ley 17.631 que también prevé la creación del Parque Nacional de Purificación en el entorno de la meseta).
En esta zona José Gervasio Artigas Arnal asentó el campamento de Purificación, sede del gobierno de la Liga Federal entre junio de 1815 y abril de 1818.
En aquellos años era muy grave el
delito político de levantarse en armas. Aunque hubo españoles, indígenas, africanos,
mestizos, zambos y “paso atrás” en todos los bandos, se asoció la insurrección
de diferentes maneras.
Las nominaciones fueron varias. Las
más generalizadas y menos agraviantes, fueron “insurrectos” o “americanos”.
“Gauchos” o “gauderios” señaló que eran “guachos” (sin procedencia ni madre,
criados solos), voz extensiva a los “hombres sueltos” de la campaña, protagonistas
de lo que la Corona llamó “problema del arreglo de los campos” (indefinición de
la propiedad privada, contrabando, acción depredadora sobre el ganado).
“Artigueños”, “artigos” o “artigones”, nominó a los seguidores de José Artigas,
voces generalmente asociadas a “negro”, “pardo” “indio” y “fascineroso, un
adjetivo que llegó a tener condición de sustantivo fue el de “salvaje”
Además de pérfido, Artigas fue llamado de
Caporal de Ladrones por Gaspar R. de Francia
La voz “Tupamaro” fue tempranamente
adoptada por los insurrectos, en alusión al jefe indígena Tupac Amarú. Fue
usada indistintamente como insulto o identificación. Las tropas sitiadoras de
Montevideo nominaron orgullosamente “Tupamaro” a uno de los morteros con que le
disparaban a los muros de la ciudad, a la vez que Acuña de Figueroa aclara,
como testigo de época, que “los españoles para designar un partidario de la
revolución suelen decir : es un Tupamaro”, el otro cañon fuéllamado Mangoré, pero este no se adopto como
descalificativo. Apenas iniciado el movimiento juntista, hay un testimonio al respecto:
los paraguayos fueron enviados por el gobernador Velasco a reprimir toda manifestación
juntista. A tales efectos desembarcaron en Corrientes unos soldados miñones
catalanes que recorrieron la ciudad “gritando que los correntinos no eran vasallos
de Fernando Séptimo sino de Tupamaro”. Un correntino relató: “Fui súbitamente sorprendido
por 20 catalanes que me preguntaron que hacía allí, y a qué Rey serbía, si a
Tup-marú o al de España y que si hera dependiente de la Junta de Bs. Ayres o
subalterno de ella.” No puedo dejar de pensar en el cura Cornelio
Contreras, que al darle sepultura por la mañana del 23 de septiembre de 1850, en
el santo campo para insolventes del cementerio de la Recoleta, al más americano
de todos, lo llamo de “extranjero”!.
LA FIESTA DEL CARMEN, 8-9 de agosto
de 1821
Son pocos los testimonios orales que
pudieron recogerse en esa aldea que muchas décadas más tarde, durante la Guerra
de la Triple Alianza, fue totalmente quemada y destruida. Algunos de sus
habitantes regresaron después de la masacre, y entre ellos, en el año 1926, Plácido
Jara busco recuerdos. Hablo con dos ancianos de la villa, un hombre de ochenta
años y una mujer de cien, que recordaban haber oído contar a sus mayores
"haber llegado á Curuguaty enviado por al superior gobierno un ilustre
expatriado y extranjero a quien se rendía respeto", agregando que un señor
extranjero, más moreno que blanco, vistiendo un largo saco asistía a oír misa
todos los domingos a la iglesia", El teniente cura de la iglesia de
Curuguaty era el presbítero Venancio Toubé Dejó sus huellas en los documentos
de aquella época y lo hizo de manera bastante notoria cometiendo
"quebranto de opinión y otros excesos por el efecto de la bebida. En 1820
protagonizó un enfrentamiento con el comisionado general del Gobierno, el
comandante subalterno don Roque de Vera. En esa ocasión según testigos el cura
había atacado a don Roque "con un tizón de alumbrar", trabajosamente
lo pudieron detener entre varios, a quienes golpeó furiosamente. Luego de
inmovilizarlo lo dejaron dormir en su cama los sopores del alcohol. El desentendimiento
con el comandante habría comenzado cuando, en ocasión en que se hallaban
bebiendo Roque de Vera y otros, el cura Toubé se apareció con unos papeles en
la mano y le pidió "que le diera licencia para pasar al Portugal", o
sea a las tierras de Brasil que se abrían del otro lado de la cordillera del
Mbaracayú. Le dijeron que no y todos se retiraron, cerrándose la puerta de la
casa en la que se realizó el encuentro. Al poco rato regresó el cura con un
cuchillo en la mano, tratando de forzar la puerta de la casa y amenazando con
el puñal a todos lo que se acercaban. "Siempre que se toma se pone
furioso", dijo un testigo. En aquel año de 1821 en que Artigas llegó a la
villa, se realizaba los días 8 y 9 de agosto "la fiesta Patrona"
dedicada a la Virgen de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Para tal fiesta fue
invitado el presbítero José Vicente Orue, cura rector primero de la iglesia
matriz de San Isidro Labrador, pero además vicario foráneo y juez eclesiástico
del distrito, o sea: una alta dignidad eclesiástica. Quien lo invtaba era,
precisamente, el problemático teniente cura Venancio Toubé. El vicario Orué llegó a Curuguaty el día 7 y
se hospedó en la casa del segundo comandante de la villa y teniente ministro,
Miguel Gómez, quien le había hecho el honor de darle hospicio en ella"
Luego de acomodar sus cosas en la casa de Gomez, Orué concurrió a la iglesia,
donde se puso al frente de la ceremonia y celebró las vísperas, oficiándolas él
mismo en el coro con los demás músicos. Convido a los feligreses, verbalmente,
para el oficio a realizarse al día siguiente. Por la noche un numeroso grupo de
vecinos se reunió con él en la casa del segundo comandan te Gómez, donde se
estaba hospedando. Artigas estaba entre los concurrentes. Estaban reunidos
cuando llegó el cura Toubé, quien "en presencia de mucho concurso, por un
efecto de su acostumbrada embriaguez, obligó al expresado Teniente Ministro que
suspendiera al Americano Don José Artigas, y otras personas decentes, que
habíanse despedido ya del dueño de casa para alejarse a sus respectivas
habitaciones". Del párrafo se desprende que la reunión era concurrida
("en presencia de muccho concurso"), el cura Toubé llegó tarde, pues
algunos ya estaban despidiéndose… es que no contaba con la simpatía de ese
grupo que al verlo llegar decidió retirarse y, manteniendo las formas,
cumplieron con los saludos de rigor? El comportamiento del sacerdote frente al
vicario fue violento e imperativo, con lo cual logró obligarlo a despedir a
Artigas, quien, por otra parte, fue el único del grupo identificado por su
nombre y apellido. Se destacaba. La violencia del sacerdote no se detuvo
siquiera con la retirada pacífica de Artigas y del grupo que lo acompañaba. El
vicario procuró calmar la situación diciéndole al cura "que los dejara ir
pues que ya era hora de que se retiraran, lo cual oyendo el expresado Toubé y
persistiendo en su obstinación agarró del brazo al mencionado [Vicario Orué] y
con la fuerza que lo hizo por dos veces le rompió e puño de la camisa". Se
le pidió que reparara aquel hecho y que se retirara a su morada. El cura,
entonces, "montó en su propia cabalgadura como para retirarse (...) a poca
distancia volvió, y apeándose, se enderezó hacia su Merced (Orué), que estaba
sentado en la sala, en presencia de muchos circunstantes, así domésticos como
extraños". Procuraron sacarlo del lugar, "se le arrastró y mandó con
imperio y rectitud, que al día siguiente por ningún título ni pretexto entrara
en su Iglesia ( Ante la ebriedad de Toubé el vicario había decidido presidir
también la celebración del día siguiente, 8 de agosto. Al enterarse, el cura
salió "montando con aceleración en su caballo". Se levantó el vicario
Orué y "saliendo hasta las tranqueras de la casa, le mandó que por el
desacato y audacia guardara arresto en la Sacristía de su Iglesia". El
cura, entonces, "dando vuelta al caballo a la misma tranquera, contestó
con desverguenza que no obedecía". Al oír esto, el vicario se volvió hacia
el dueño de casa, el comandante Gómez, pidiendo auxilio para arrestarlo. El
cura "ultrajó al expresado Comandante con palabras injuriosas, atrevidas,
descompuestas y desatentas, que se omiten por la honestidad y política, dando a
entender, que no le conocía por nadie y dejando burladas y ultrajadas aun las
dos autoridades, la del vicario y el comandante. El expediente judicial abierto
a raíz del escándalo es el que registra estas descripciones. Luego Toubé
"tomó a toda disparada el camino hacia su casa, haciendo muchas injurias y
cometiendo locos atentados contra las personas arriba mencionadas, así varones
como mujeres, a quienes había querido detener y que traían el mismo rumbo que
él, y los alcanzó". Era el grupo de "gente decente" que estaba
con Artigas, que se habían retirado antes que el cura llegara a las manos y a
los insultos contra d vicario y el comandante. Al alcanzarlos, repitió los
insultos, "lo que también se mite por la brevedad de la sumaria",
dice pudorosamente el documento. No hubo respuesta alguna por parte del grupo.
¿Se defendieron? ¿O callaron? Artigas, el principal injuriado, ¿no reaccionó?
Lo único que consta es que el cura, después de cuyos hechos se enderezó,
siguiendo el mismo rumbo, y pasando su casa, atropelló la habitación del
Comandante Subalterno del mismo Partido D. Roque Vera, en donde se hallan
custodiados los pertrechos y municiones de esta guardia y lo estrechó a que le
suministrara un arma de fuego y dos cartuchos, que iba a hacer dos muertes
aquella noche. ¿Alguna respuesta del grupo motivó su ira de tal forma? ¿Pudo
provenir de Artigas? ¿Era a él-origen de su rechazo desde el primer momento-a
quien que matar? ¿También al vicario? ¿O las dos muertes que deseaba hacer eran
las del vicario y del comandante Gómez que lo quisieron arrestar? No consta en
el documento. …
Espero derrubar un poco la muralla acerca de que no sabemos nada de los 30 años en el Paraguay.
Documento Oiriginal; A.N.A., Sumario al Teniente Cura Venancio Toubé sobre
excesos practicados. py-ana-cyj-1636n1 PÁGINA 8 DESCARGAR AQUÍ
Texto; El Caudillo y el Dictador.
Ana Ribeiro
AGI, legajo Buenos Aires 156, 30-06-1810, correspondencia
del Comandante del Apostadero
Naval de Montevideo, José de Salazar, carta nº 76,
Salazar a Gabriel Ciscar
AGI, legajo Buenos Aires 218, 07-03-1818, Montevideo,
expediente creado a partir de la solicitud
de María Francisca Pérez Rojo, mujer del Brigadier de
Artillería Vicente Rosique,
Refrescando
actividades, Jueves 25, 9:30 hrs, plaza Uruguaya. viernes 26, 9 horas, 128 Aniversario de la escuela básica
nro.19, Rca. Oriental del Uruguay (asu), sábado 27, 12hrs Fiesta
Celeste, escuela Artigas del Solar de Artigas (asu), domingo 28,
12hrs.,Cocina Uruguaya, Yacht Golf Club Paraguayo (Lambaré), domingo 28,
15 hrs, Gran fiesta día del Niño, Club Gral. Artigas (m.r.a), martes
30,19hrs. Exposición Colectiva conmemorativa por la Declaratoria de la
Independencia de 1825 en Sala Castelvi del Centro Cultural
de la ciudad Carlos Colombino en Manzana de la Rivera (asu). Nuestro
apoyo a todos quienes organizan y también a quienes apoyan y difunden
las mismas.
Para quienes concordamos y
sentimos la dignidad de su legado y de alguna forma u otra conservamos la
memoria de sus (los) hechos, no precisamente alimentando mitos, está dirigido este
humilde y significativo post.
1.Primera noticia necrológica, texto - imagen del
periódico “ El Paraguayo Independiente” fecha, 28.09.1850
2.Imagen de la lápida en el cementerio de la
Recoleta, Texto en “Artigas Defensor de la Democracia” deElisa Menendez.
3.Nota exhumación, Padre Cornelio Contreras, 20 de
agosto de 1855, Cementerio Iglesia Recoleta, Asunción. Transcripción diríamos
que desconocida del original.
4.Histórico relato del procedimiento de
repatriación (resumen de cuando los ministros esos..se lo llevaron del Paraguay).
Texto en “Artigas Defensor de la Democracia” deElisa Menendez.
5.Obra: Desembarco en el puerto de Montevideo de
la urna conteniendo los restos de Jose Artigas – Autor: Domingo Puig 1930.
1. "El tiempo
acreditó la firme resolución que había tomado de no volver al suelo donde vió
la primera luz, cuando se presentó en Candelaria perseguido de los suyos,
pidiendo un rincón en la República para acabar sus días. Ha tenido para su
regreso obligantes, y repetidas invitaciones…"
2. Lápida.(Un tanto Inverosímil… pero es de suponer que
López al enterarse de la muerte de Artigas envío a corregir la fé del
certificado de defunción elaborado por el padre y a realizar dicha lápida en
cemento con el título General D. Jose Artigas – 1850, la misma debe encontrarse
en el Museo Nacional de Montevideo.
3.”Nota: En esta
parroquia de la Recoleta de la Capital a veinte de Agosto de mil ochocientos
cincuenta y cinco, yo el cura interino de ella; en virtud de la Suprema orden
del Exmo. Señor Presidente de la República, se exhumo el sepulcro del General
finado Don José Artigas del Cementerio general: y se entrega.n los huesos al
Señor Doctor Estanislao Vega, agente confidencial del Exmo Gob.no de la Rep.ca
Oriental del Uruguay cerca de la Rep.ca del Paraguay de lo…certifico. Cornelio
Contreras.”
4. El 24 de abril de 1854, Flores nombró como agente
confidencial al Dr. Estanislao Vega, decano del Tribunal Supremo de Justicia,
encargándolo de una misión confidencial ante el gobierno paraguayo; y además la
de repatriar los despojos del prócer oriental. En la goleta “Restauración”
partió en el mes de julio el Dr. Vega, acompañado de su esposa doña Amelia
Lerena y de un criado llamado Leandro, anclando en la bahía asunceña el 24 de
agosto. Un año pasó en el país, más por motivos de salud que por lo que pudiera
hacer en gestiones encomendadas, habiéndose ido a Villarica, mientras
transcurría aquel ardiente verano tropical, en busca de un clima más propicio
para su delicado organismo.
“De regreso a la capital, dice el Dr. Fernández Saldaña
en un artículo intitulado “La repatriación de los restos de Artigas”, del cual
extractamos estos datos, el Dr. Vega se dirigió al Ministro de Relaciones
Exteriores don José Falcón, solicitando se sirviera ordenar lo correspondiente
a la repatriación citada.
El ministro contestó afirmativamente, manifestando que
cuando lo deseara podía proceder a la exhumación, y recibir del cura de la
parroquia el respectivo comprobante que acreditara la identidad de los restos
del general Artigas.
Se realizó ésta el 20 de agosto, figurando, como testigos
del acto el cónsul de Portugal y los ciudadanos uruguayos don Felipe Buzó y don
Santiago Cansttat, algunos militares paraguayos y residentes argentinos, como
asimismo otras personas más.
Vamos a agregar a lo ya expuesto, otros datos
interesantes suministrados por doña Amelia Lerena de Vega, testigo ocular del
acto, que dice: “El sepulturero quiso limpiar los restos de Artigas, pero mi
esposo y yo quisimos realizar esa tarea.
“El Dr.
Etchevarría bañó los huesos con cloruro de cal, luego nosotros, con un cortaplumas
de mango de nácar que todavía conservo, limpiamos uno a uno aquellos huesos
grandes y fuertes...
“¡Qué hermosa
frente debió tener aquella hermosa cabeza!...
“Nos hospedamos, continúa diciendo Amelia, en casa del
presidente don Carlos Antonio López, y allí nos hicimos muy amigos con el hijo
de aquél, Francisco Solano, que sucedería a su padre en el gobierno del
Paraguay. Yo intimé mucho con la esposa de Solano, Elisa Lynch, una hermosa
inglesa”.
El señor Asdrúbal Nieto, que es quien publica los
recuerdos transcriptos por pertenecer a su archivo familiar, agrega: “Conocí a
Elisa Lynch, me contaba mi abuela, cuando por el año 70 y pico, muerto ya
Solano, de vuelta de Europa, le fué negada su entrada al Paraguay, por lo que
quedó un tiempo en Montevideo, en casa de Amelia Lerena”.
Sigamos a ésta en sus memorias: “Figúrate, dice, con qué
unción hablaba con toda aquella gente que había conocido en los últimos años a
ese hombre inmenso, que era una expresión magnifica de la vida de nuestro
pueblo!
“Haciéndome traducir del guaraní muchas palabras por mis
acompañantes, recogí de sus labios frases de admiración, de caiño y de respeto
hacia él...
“Hablaba el guaraní a la perfección.
“Aún a los 83 años salía de recorrida por los ranchos,
jinete en su caballito brioso, que llevaba de cabeza levantada, indudable
coquetería de legítimo orgullo...”
El P. Contreras, que cinco años antes hemos visto
acompañando al héroe, estaba aún al frente de la parroquia; le cupo de nuevo la
misión de acompañar a aquella fúnebre comitiva, que venía desde la patria
lejana, a arrancárselo a “esa arcilla colorada y seca, tan adherida a sus
huesos”.
El desterrado amó esta tierra paraguaya que le dió asilo
en sus días sin ventura, y la tierra le devolvió su amor enraizándose a sus
despojos, en despedida de amante, como queriendo retardar el momento de la
partida eterna...
Firmado por el padre Contreras está el certificado de
este acto que las autoridades pusieron en manos del comisionado, y que publica
de María. Dice así: “En esta parroquia de la Recoleta de la Capital, a
veintitrés de Setiembre de mil ochocientos cincuenta, yo, el cura interino de
ella, enterré En el tercer sepulcro del Cauce N. 26 del cementerio general, el
cadáver de un adulto llamado don José Artigas, extranjero, que vivía en la
comprensión de esta iglesia”.
Recoleta, Agosto 21 de 1855.
Doy fe. — Cornelio Contreras”.
Pero al leer este documento nos encontramos con la nueva
sorpresa, que tampoco coincide con lo expresado en la partida original,
existente en el libro parroquial, ni antes ni después de hechas las enmiendas
ya apuntadas. En este último nos hallamos con el agregado, que hemos subrayado,
y la supresión de enterré en sepultura ordinaria y también en lo que dice
referente a la lápida; como podrá verse comparando este texto con los dos ya
publicados en el capítulo anterior.(Veáse libro)
Este certificado fué llevado por el doctor Vega a
Montevideo y ha sido transcripto por casi todos los historiadores uruguayos;
siendo en consecuencia el más conocido.
Los despojos de Artigas fueron colocados en una urna de
latón pintado, cuyo recibo de compra hemos visto en el Archivo General de
Montevideo. En él consta que fué mandada hacer en el taller de Nicolás Troja,
de Asunción y que costó treinta patacones. En la citada institución nos han
proporcionado también un extenso y serio informe sobre el traslado y desembarco
de los restos de Artigas en Montevideo, por lo cual vemos que la muerte,
rivalizando con la vida, no quiso ser más generosa. Extractaremos ese
interesante documento.
Al doctor Vega, cumplida su misión en el Paraguay, se le
expidió pasaporte para embarcarse en el vapor “Uruguay” hasta Buenos Aires, en
compañía de su esposa, su criado Leandro y dos libertos paraguayos. Llegados
allí, trasbordaron al vapor “Menay”, que llegó a Montevideo el jueves 19 de
setiembre de 1855, con buen tiempo, algo ventoso”.
El horizonte político de la patria, que continuaba hosco
y sombrío, no se aclaró para recibir al hijo que volvía de su largo ostracismo.
Recios huracanes habían hecho tambalear el gobierno del general Flores y
ocupaba en esos momentos el poder el presidente del senado don Manuel Basilio
Bustamante. Por estos motivos, al arribo del “Menay”, no le fué permitido al
pueblo concurrir al puerto para rendir el homenaje de su respetuosa admiración,
justo anhelo largo tiempo acariciado.
Parece que sus manes se oponían a las demostraciones
ostentosas hacia este hombre austero que había pasado a la otra vida en el
anonimato de la soledad y de la miseria.
¡Aun más allá de la muerte, el héroe seguía cumpliendo su
trágico fatalismo!
El desembarco de los fúnebres despojos se realizó en
compañía de muy contadas personas, ese mismo día a las cuatro de la tarde. La
urna funeraria fué colocada en un pequeño bote, en el cual subieron sus pocos
acompañantes: el Ministro de Relaciones Exteriores doctor Adolfo Rodríguez, un
ayudante del presidente de la república, un nieto del prócer Juan Pablo
Artigas, único representante familiar, y algunas personas más.
Desde el “Menay” se dirigieron al vetusto muelle de la
calle Treinta y Tres, desaparecido hace años. Allí posó de nuevo sobre el solar
nativo el hijo que volvía ya transformado en idea, porque era la esencia de las
aspiraciones de los pueblos americanos. El destino, tan avaro en sus dones, seguía
mostrándole ceño adusto. Nególe al desterrado que regresaba lo que no niega a
nadie: el derecho a descansar en la paz de un sepulcro. Seguía siendo víctima
de su propia grandeza. Se temió que sus cenizas fueran capaces de provocar
incendios en aquel pueblo suyo, en el cual supo despertar santas rebeldías
contra la opresión, cualquiera fuera su origen y su forma.
¡En vez de hallar en su tierra la calma silente del
cementerio, pasó a la aduana, representación del interés humano. Punto a donde
convergen los frutos comerciales del mundo, el cual no es posible imaginar sino
lleno de mercancías y artículos de todas clases y para todos los fines. Alli,
en aquel tráfago comercial, tan poco propicio al silenció que reclama la
muerte, quedaron depositados los restos de aquel preclaro varón.
Más de un año pasaron allí, en el polvo del olvido, hasta
que el 20 de noviembre de 1856, fueron retirados para ser trasladados a la
Iglesia Matriz y al cementerio
Presentación del último material del Historiador, profesor Eduardo Nocera, títulado: “Artigas y el Congreso de Abalos”. En esta oportunidad el autor visito Paraguay para acercarnos esta increíble investigación que cuenta con 600 páginas entre las cuales presenta documentación inédita, una decenas de planos y mapas originales, cuadros comparativos, etc. de gran valor que nos aproxima a esa etapa final de 1820.
Reconocer este legado y la vigencia de la memoria histórica del Artiguismo es parte de la memoria de los pueblos, y muy especialmente un tesoro altamente significativo a la profundización e integración historiográfica sobre la región que merece reconocerse, difundirse, propagarse y celebrarse.
Queremos agradecer tan emotivas jornadas a todos los que hicieron posible y apoyaron a 3 Millones py en esta gira de Nocera 2022: Cónsul de la República Oriental del Uruguay Cecilia A.Lima, el diplomático oriental sr Martin Lorieto, a Marcos de la Asociación de Ex Alumnos de la Escuela, el historiador paraguayo, arquitecto Jorge Rubiani, a la artista y militante afro del Cambacua Correntino Gabriela Caballero de la cofradía San Baltazar, a la directora de la escuela Artigas en Asunción, Maria Jose Volpe y su plantel docente, al sr intendente de Curuguaty Walter Ramírez, el Colegio Nacional Gral. José Gervasio Artigas y su directora Laura Duarte, al pte del Club Gral Atigas, sr Roberto Fuigueredo y su equipo, a los descendientes de los lanceros de Artigas de la comunidad Santo Rey Laurelty, a las familias Ortiz, Pereira, Baez, y por último a los anfitriones del grupo en la gira, nuestros compañeros Roberto
Schiappapietra su sra. Andrea Soledad Morel y en Curuguaty la gestión del periodista y activista
artiguista Fito Dalmao que coordino en Curuguaty dicho evento.