BICENTENARIO DE LA MUERTE DEL PADRE DE LA PATRIA, Fulgencio Yegros y Franco de Torres (1821, 17 de julio de 2021)
Nació cerca de la aldea de Quyquyhó en febrero de 1780, en la estancia familiar Santa Bárbara,
situada en el Departamento de Paraguari en febrero del año 1780.
Era hijo del teniente coronel José Antonio Yegros y de María Ángela Franco de Torres.
Se casó con Josefa Facunda Micaela Speratti Uriburu (1792-1861), y de la relación nacieron, en 1809 María Josefa, en el 14 Josefa Damasa Anunciación, en el 16, Anunciación, en el 18 Romulo (destacado en el gobierno de Lopéz murió en batalla en la gta) y en el 20 meses después de su detención Angel Ignacio.
Su hermano, el capitán Antonio Tomás, fue otro de los grandes heróes padres de la patria.
Fulgencio logro que el Paraguay sea Independiente, fue el primer presidente de la Junta Superior Gubernativa, su historia y logros son conocidos y fácil de googlear.
Hoy preferí traer los hechos que narran su trágica muerte según Francois (o Franz) Wisner de Morgenstern en el libro sobre el Dictador del Paraguay.
En Enero de 1820 el Dictador hizo bajar de su estancia a la capital, a Don Fulgencio Yegros y una vez en su presencia le notificó, que habiendo tenido aviso que hacía frecuentes reuniones de gente en la campaña dando carne con cuero sin permiso de las autoridades, haciéndose a estas sospechosas dichas reuniones, pues venían a coincidir con los rumores que circulaban sobre una alteración del orden y aunque no creía que fuera capaz de conspirar, había resuelto pedirle, para
evitar malas interpretaciones, que permaneciera en su casa, hasta tanto se esclarecieran mejor dichas denuncias. Yegros acató la orden del Dictador, habiéndole manifestado, que esas reuniones de paisanos no tenían otro objeto que festejar el año nuevo y el día de los Reyes.
.....Iniciada la semana santa Francia hizo comparecer a sus dos secretarios,
Martínez y Patiño, como también a los Comandantes Rolón, Bejarano y Cañete, a quienes les
impuso de haber descubierto el plan revolucionario que se tramaba y cuyos hilos se estaban siguiendo desde hacía varios meses; que el plan se iba a niciar con el asesinato del Dictador, de sus secretarios, y de los Comandantes y oficiales de guarnición, y que Yegros sería colocado por los revolucionarios al frente del gobierno provisorio ; y que por lo tanto era necesario
proproceder sin pérdida de tiempo al arresto de todos los sindicados de conspiradores antes que llegara el día señalado por estos para la masacre (viernes santo)y que debería procederse sin contemplaciones de ninguna clase.
A las 11 de la noche de ese mismo día, se encontraban encarcelados 35 ciudadanos entre los cuales se contaban, Fulgencio Yegros, Comandante. Montiel y Caballero, ocho miembros más de la familia Montiel, cuatro de la familia Acosta, Dr. Baldovinos y su hermano, Olavarría, Noceda (padre e hijo) y dos hermanos Aroztegui. Al día siguiente, la población estaba alarmada con
todas las prisiones efectuadas, pero nadie se animaba a comentar en público lo que sucedía.......
De la campaña llegaban diariamente ciudadanos presos que se presumían conspiradores y los que estaban íntimamente vinculados con los cabecillas.
Al mes serían 178 los detenidos, seis meses después, en setiembre mientras la atención pública de la Capital se encontraba absorbida por la marcha del proceso de la conspiración y de las prisiones que se estaban efectuando continuamente, vino a sorprender la noticia de que S. E. el Señor "Protector", General Don José de Artigas se había presentado con su gente a las órdenes del Dictador y este se encontraba retenido en el convento de la Merced, a pocas cuadras.
La amistad entre Yegros y Artigas databa desde los años 1806-7 al combatir juntos contra los ingleses. Siempre había mantenido afinidad y correspondencia, en ese momento según su hermano Antonio Tomás, Fulgencio había sido gravemente herido en la espalda de un tiro y socorrido por José para retornar al Paraguay.
La instrucción del proceso a los conspiradores siempre seguía lentamente y en los primeros días de Enero de 1821, empezaron los careos, porque muchos comprometidos negaban los cargos que sus mismos compañeros les hacían y entonces les aplicaban el castigo de azotes.
Este castigo se aplicaba hasta que confesaban los presos sometidos a él de los cargos que se les hacían. Para esto se había habilitado una pieza en el antiguo colegio de los jesuítas, que se encontraba a distancia de una cuadra de la cárcel. En dicha pieza, que se le denominaba "Cuarto de la Justicia", había un catre de madera a donde se colocaba al paciente boca abajo y atado de pies y manos, y los azotes se les aplicaba en las espaldas con un látigo grueso compuesto de lonjas
trenzadas de cuero vacuno; y el número de azotes que recibían nunca pasaba de 150 a 200, pues la mayor parte de los que eran sometidos a este sacrificio se desmayaban antes de llegar a los números citados.
El 3 de julio de 1821 cayó en poder de una patrulla de frontera de Corrientes un chasque con un papel dirigido al comandante Caballero, en el que le decpia que le transmitiera a Yegros que tuviera confianza, que pronto recibiria ayuda. Este descubrimiento exasperó al Dictador quién ordeno al Cdte. Bejarano activara el proceso y que por todos los medios posibles indagara bien sobre la participación de los conjurados que se encontraban presos y que sin distinción de ninguna clase, el que no declarse la verdad, lo sometería sin consideraciones al "Cuarto de Justicia"
El chasque fué fusilado. El Comandante Bejarano tomó inmediatamente declaración a Yegros, Caballero, Montiel y otros más comprometidos, negando todos; declarando que no conocían nada de lo que se les imputaba. Bejarano les dió 12 horas de plazo para que declarasen la verdad
cuando se les volviese a llamar y en caso contrario les amenazó que serían sometidos al "Cuarto de Justicia". Al día siguiente se encontró al Comandante Caballero colgado y ahorcado en el marco de la puerta de su celda sin haber dejado nada escrito. .
Don Fulgencio Yegros insistiendo en su negativa fué llevado al "Cuarto de Justicia" y se le aplicaron
50 azotes sin haber declarado lo que se le exigía y los demás presos fueron conducidos al mismo lugar y bajo la tortura de los azotes, algunos declararon descubriendo a otros comprometidos en la conspiración y los cuales tuvieron en seguida, entrada a la cárcel.
El 17 de Julio por la mañana, una compañía de infantería se colocó frente al histórico "naranjo"(ubicado en la actual plaza Uruguaya?), lugar designado para los fusilamientos y al poco rato fueron conducidos con paso lento, 8 presos engrillados entre los cuales se encontraba Don Fulgencio Yegros, el Comandante Montiel y Don Juan Areztegui. Puestos los presos en una fila se les vendaron los ojos y enseguida fueron fusilados, habiendo quedado los cuerpos de estos infelices tirados en el suelo hasta la tarde cerca de la oración, que el Comandante Bejarano mandó avisar a las familias de estos para que los mandasen retirar para darles sepultura.
La señora de Don Fulgencio Yegros, Doña Facunda Esperati, en el acto que tuvo conocimiento del trágico fin de su esposo, mandó con una sirvienta a pedirle al Comandante Bejarano le permitiera retirar su cadáver para hacerle dar sepultura, no habiéndolo con seguido al momento, porque el Dictador había dispuesto que recién a la tarde se les permitiera a las familias de los fusilados retirar sus cadáveres y al solo objeto de darles sepultura, quedando prohibido se les velase. Al día siguiente, 18 de Julio continuaron los fusilamientos, El total de fusilados fueron 68 y el pueblo con esta masacre quedó consternado y nadie se atrevía ni siquiera a comentar los hechos.
Fulgencio, el gran independentista del Paraguay, hoy te homenajeo, recuerdo y saludo!
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